Lo que mis clientes me enseñaron a los golpes: verdades que un contador no puede callar
Descubre por qué la contabilidad no miente y cómo cada gasto innecesario, cada factura sin cobrar y cada cuenta desordenada reflejan tu verdadera relación con el negocio y contigo mismo

La historia se repite, solo cambian los nombres
Cada mes escucho las mismas frases:
“Ceci, no sé en qué se fue la plata.”
“Este mes no facturé, pero igual gasté como si sí.”
“Cuando tenga más ingresos, me organizo.”
Y yo sonrío, con esa mezcla entre ternura y alerta que da ver el mismo error una y otra vez.
Porque al final, no es la plata la que falta, sino el método.
La verdad que los números cuentan (aunque no quieras oírla)
Muchos creen que el contador solo está para “presentar impuestos”.
Pero lo cierto es que los estados financieros son un espejo emocional.
Cada gasto innecesario grita ansiedad.
Cada factura sin cobrar muestra miedo a incomodar.
Cada cuenta desordenada refleja la relación que el emprendedor tiene consigo mismo.
No hay Excel que maquille la falta de conciencia.
Y aunque intentemos ponerle lógica a todo, la contabilidad siempre termina mostrando lo que no queremos ver.
Tres lecciones que mis clientes aprendieron a los golpes
1. El dinero no arregla la falta de estructura.
Si no sabes cuánto gastas, cuánto cobras y cuánto debes, no importa cuánto vendas: el caos crece con los ceros.
2. No todo ingreso es ganancia.
Muchos celebran las ventas sin entender que parte de ese dinero ya tiene dueño: el proveedor, la DIAN, el IVA, la nómina...
El flujo de caja no es lo mismo que la utilidad.
3. Tu negocio no puede depender de tu cansancio.
Si para sostenerlo tienes que trabajar 20 horas diarias, no tienes un emprendimiento, tienes una esclavitud con logo.
Por Blanca Cecilia Camacho Duarte – Equii Finanzas
Educación financiera para emprendedores reales.